jueves, 24 de enero de 2008

¡NUNCA TE DETENGAS!


Siempre ten presente que la piel se arruga,

el pelo se vuelve blanco, los días se convierten en años...

Pero lo importante no cambia; tu fuerza y tu convicción no tienen edad.

Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña.

Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida.

Detrás de cada logro, hay otro desafío.

Mientras estés viva, siéntete viva.

Si extrañas lo que hacías, vuelve a hacerlo.

No vivas de fotos amarillas...

Sigue aunque todos esperen que abandones.

No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.

Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.

Cuando por los años no puedas correr, trota.

Cuando no puedas trotar, camina.

Cuando no puedas caminar, usa el bastón.

¡Pero nunca te detengas!!

NO JUZGUES A LAS PERSONAS


Era el inicio del año escolar, dentro del salón de clases se encontraba la maestra al frente de sus alumnos de 5to Grado. En la fila de adelante hundido en su asiento estaba un niño de nombre Pedro a quien la maestra conocía desde el año anterior.Sabía que no jugaba bien con los otros niños, que su ropa estaba desaliñada y que frecuentemente necesitaba un baño. Con el paso del tiempo la relación entre ellos se volvió incómoda, al grado que ella sentía gusto al marcar sus tareas con grandes taches en color rojo. Un día al revisar los expedientes de sus alumnos se llevo una gran sorpresa al descubrir los comentarios de los anteriores profesores de Pedro. “Es un niño brillante con una sonrisa espontánea, hace sus deberes limpiamente y tiene buenos modales; es un deleite tenerlo cerca". "Pedro es un excelente alumno, apreciado por sus compañeros pero tiene problemas, su madre tiene una enfermedad incurable y su vida en casa debe ser una constante lucha". Otro maestro escribió: "La muerte de su madre ha sido dura para él, trata de hacer su máximo esfuerzo, pero su padre no muestra mucho interés”.Y por último: “Pedro es descuidado, no tiene amigos y en ocasiones se duerme en clase". La maestra se dio cuenta del problema y se sintió apenada, más aún cuando al llegar Navidad, todos los alumnos le llevaron regalos envueltos en papeles brillantes y hermosos listones, excepto el de Pedro que estaba torpemente envuelto en papel de una bolsa del súper.Algunos niños rieron; la maestra encontró un viejo brazalete de piedras y la cuarta parte de un frasco de perfume, minimizando la risa de los niños al exclamar ¡Que brazalete tan bonito, Pedro! poniéndoselo y rociando un poco de perfume en la muñeca.Pedro se acercó y le dijo: “Maestra, hoy usted huele como mi mamá".Ella lo abrazó y lloró.A medida que trabajaban juntos, la maestra percibió que a Pedro, mientras más lo motivaba, mejor respondía, al final del año era uno de los niños más listos de la clase, volviéndose su consentido. Ambos se adoraban.Un año después, encontró una nota de Pedro que decía “Usted es la mejor maestra que he tenido en toda mi vida”. Cuatro años después, recibió otra carta, diciéndole que pronto se graduaría de la Universidad con los máximos honores. Y le aseguro que era la mejor maestra que había tenido en su vida. Pasaron otros cuatro años y llego otra carta, esta vez le explicó que después de haber recibido su título universitario, él decidió estudiar más y que ella era la mejor. Solo que ahora su nombre era mas largo y la carta estaba firmada por el Cardiólogo Pedro Alonso.El tiempo siguió su marcha y en una carta posterior, Pedro le decía que había conocido a una chica y que se iba a casar. Explicó que su padre había muerto hacia dos años y él preguntaba si ella accedería a sentarse en el lugar que normalmente esta reservado para la mamá del novio.Por supuesto, la maestra aceptó. El día de la boda lució aquel brazalete con varias piedras faltantes y se aseguró de usar el mismo perfume, con el que Pedro recordaba el calor de su mamá. Se abrazaron y él susurró al oído de su maestra preferida, "Gracias, gracias por creer en mí. ¡Muchas gracias! por hacerme sentir importante y por enseñarme que yo podía hacer la diferencia". ¡Gracias maestra!

EL DIA QUE NACIO MARÍA JOSÉ


El día que mi María José nació, en verdad no sentí gran alegría porque la decepción que sentía parecía ser más grande que el gran acontecimiento que representa tener un hijo. Yo quería un varón. A los dos días de haber nacido, fui a buscar a mis dos mujeres, una lucía pálida y la otra radiante y dormilona. En pocos meses me dejé cautivar por la sonrisa de María José y por el negro de su mirada fija y penetrante, fue entonces cuando empecé a amarla con locura, su carita, su sonrisa y su mirada no se apartaban ni un instante de mi pensamiento, todo se lo quería comprar, la miraba en cada niño o niña, hacía planes, todo sería para mi María José. -Este relato era contado a menudo por Randolf, el padre de María José: Yo también sentía gran afecto por la niña que era la razón más grande para vivir de Randolf, según decía él mismo. Una tarde estaba mi familia y la de Randolf haciendo un picnic a la orilla de una laguna cerca de casa y la niña entabla una conversación con su papá, todos escuchábamos atentamente- -Papi, cuando cumpla quince años, ¿Cuál Será mi regalo?. -Pero mi amor si apenas tienes diez añitos- ¿No te parece que falta mucho para esa fecha?. -Bueno, papi, tú siempre dices que el tiempo pasa volando, aunque yo nunca lo he visto por aquí- La conversación se extendía y todos participamos de ella. Al caer el sol regresamos a nuestras casas. Una mañana me encontré con Randolf frente al colegio donde estudiaba su hija quien ya tenía catorce años. El hombre se veía muy contento y la sonrisa no se apartaba de su rostro. Con gran orgullo me mostró el registro de calificaciones de María José, eran otras impresionantes, ninguna bajaba de 10 y los estímulos que les habían escrito sus profesores eran realmente conmovedores, felicité al dichoso padre y le invité a un café. María José ocupaba todo el espacio en casa, en la mente y en el corazón de la familia, especialmente el de su padre. Fue un domingo muy temprano cuando nos dirigíamos a misa, cuando María José tropezó con algo, eso creímos todos, y dio un traspié, su papá la detuvo de inmediato para que no cayera. Ya instalados en nuestros asientos, vimos como María José fue cayendo lentamente sobre el banco y casi perdió el conocimiento. La tomé en brazos mientras su padre, buscaba un taxi y la llevamos al hospital. Allí permaneció por diez días y fue entonces cuando le informaron que su hija padecía de una grave enfermedad que afectaba seriamente su corazón, pero no era algo definitivo, que debía practicarle otras pruebas para llegar a un diagnóstico firme. Los días iban transcurriendo, Randolf renunció a su trabajo para dedicarse al cuidado de María José, su madre quería hacerlo pero decidieron que ella trabajaría, pues sus ingresos eran superiores a los de él. Una mañana Randolf se encontraba al lado de su hija cuando ella le preguntó: -¿Voy a morir, no es cierto?, Eso te lo dijeron los médicos ¿verdad? -No mi amor, no vas a morir, Dios que es tan grande, no permitiría que pierda lo que más he amado en el mundo respondió el padre. -¿Van a algún lugar?. ¿Pueden ver desde lo alto a las personas queridas?. ¿Sabes si pueden volver? -Bueno hija, respondió, en verdad nadie ha regresado de allá a contar algo sobre eso, pero si yo muriera, no te dejaría sola. Estando en el más allá buscaría la manera de comunicarme contigo, en última instancia utilizaría el viento para venir a verte. -¿Al viento? ¿Y como lo harías papi?. -No tengo la menor idea hija, sólo sé que si algún día muero, sentirás que estoy contigo cuando un suave viento roce tu cara y una brisa fresca bese tus mejillas. Ese mismo día por la tarde, llamaron a Randolf, el asunto era grave, su hija estaba muriendo, necesitaban un corazón pues el de ella no resistiría sino unos quince o veinte días más. ¡Un corazón!. ¿De dónde saco un corazón?. Lo vendían en la farmacia acaso, en el supermercado, o en una de esas grandes tiendas que hacen propaganda por radio y televisión. ¡Un corazón!. ¿Dónde?. Ese mismo mes, María José cumpliría sus quince años. Fue el viernes por la tarde cuando consiguieron un donante, las cosas iban a cambiar. El domingo por la tarde, ya María José estaba operada. Todo salió como los médicos lo habían planeado. ¡Éxito total!. Sin embargo, Randolf no había vuelto por el hospital y María José lo extrañaba muchísimo. Su mamá le decía que ya que todo estaba bien y que sería el papá quien trabajaría para sostener la familia, María José permaneció en el hospital por quince días más, los médicos no habían querido dejarla ir hasta que su corazón estuviera firme y fuerte y así lo hicieron. Al llegar a casa todos se sentaron en un enorme sofá y su mamá con los ojos llenos de lágrimas le entregó una carta de su padre. María José, mi gran amor: "Al momento de leer mi carta, debes tener quince años y un corazón fuerte latiendo en tu pecho, esa fue la promesa de los médicos que te operaron. No puedes imaginarte ni remotamente cuánto lamento no estar a tu lado en este instante. Cuando supe que ibas a morir sentí que yo también moriría contigo, y me preguntaba ¿qué podía hacer?... después de tanto pensar y sentir mil cosas dentro de mí, decidí finalmente que la mejor manera de hacer algo por ti era darle respuesta a una pregunta que me hiciste cuando tenias diez años y a la cual no respondí. Decidí hacerte el regalo más hermoso que nadie jamás ha hecho. Te regalo mi vida entera, sin condición alguna para que hagas con ella lo que creas que es mejor, sintiendo muchas cosas bellas y sabiendo que en el mundo lo más importante es que quieras vivir, ¡Vive hija!. ¡¡¡¡Te amo!!!!... También quiero que sepas que hoy, mañana y siempre estaré a tu lado, siempre. Te Amo y siempre Te Amaré, porque eres lo más grande y hermoso que Dios me ha dado... siempre estaré contigo, siempre TE AMARÉ... María José lloró todo el día y toda la noche. Al día siguiente, fue al cementerio y se sentó sobre la tumba de su papá, lloró como nadie lo ha hecho y susurro: -Papi ahora puedo comprender cuánto me amabas, yo también te amo aunque nunca te lo dije. Por eso también comprendo la importancia de decir "TE AMO". Y te pido perdón por haber guardado silencio"... En ese instante las copas de los árboles se movieron levemente y cayeron algunas flores, Sintió María José que un suave viento rozó su cara y una brisa fresca besó sus mejillas. Alzó la mirada al cielo sintiendo una paz inmensa y dio gracias a Dios por eso. Se levantó y caminó a casa con la alegría de saber que lleva en su corazón "el amor más grande del mundo"...

MI PERRO FIEL


Una pareja de jóvenes tenía varios años de casados y nunca pudo tener hijos.
Para no sentirse tan solos compraron un cachorro Pastor Alemán, el cual criaron como si fuera su propio hijo..
El cachorro creció hasta convertirse en un grande y hermoso Pastor Alemán. El perro salvó en más de una ocasión a la pareja de ser atacada por los ladrones. Siempre era un perro fiel a sus dueños contra cualquier peligro.
Luego de 7 años de tener al perro, la pareja logró tener al hijo tan ansiado, la pareja estaba tan contenta con su nuevo hijo que disminuyeron las atenciones que tenían para con el perro. Éste se sintió relegado y comenzó a tener celos del bebé. Gruñía cuando sus dueños paseaban al bebé y no era el perro cariñoso y fiel que tuvieron durante 7 años.
Un día la pareja dejó al bebé plácidamente durmiendo en la cuna, mientras preparaban una carne en la terraza, cual no sería su sorpresa, cuando al dirigirse al cuarto del bebé, ven al perro con la boca ensangrentada moviendo la cola.
El dueño del perro pensó lo peor, sacó un arma y en el acto mató al perro. Corrieron al cuarto del bebé y con gran asombro lo encontraron tranquilamente durmiendo. En la parte debajo de la cuna del bebé encontraron una serpiente degollada.
El dueño lloró amargamente lamentándose: “He matado a mi perro fiel”.
Cuántas veces hemos juzgado injustamente a las personas. Lo que es peor, las juzgamos y las condenamos sin investigar a qué se debe su comportamiento, cuáles son sus pensamientos y sentimientos.
Muchos amigos fieles hemos “matado” por no aclarar una situación, muchas veces las cosas no son tan malas como parecen, sino todo lo contrario. La próxima vez que nos sintamos tentados a juzgar y condenar a alguien recordaremos La Historia del Perro Fiel.
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No harás injusticia en el juicio, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al grande; con justicia juzgarás a tu prójimo. Levítico 19:15.
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No hay más que un solo legislador y juez, aquel que puede salvar y destruir. Tú, en cambio, ¿quién eres para juzgar a tu prójimo? Santiago 4:12.

DIARIO DE UN PERRO


El Diario de un Perro no es sobre mi mascota; sin embargo si es la vida de muchos perros desafortunados que fueron comprados en un momento de capricho o sin pensar, por dueños irresponsables que no se interesan en su mascota, ni se tientan el corazón en hechar a un animal a la calle. Tal vez no se han puesto a pensar todo lo que pasará ese pobre animalito.Este cuento es lo que esos perros nos platicarían en realidad, si pudieran hablar. Está dedicado a ellos, tratando de sensibilizar a sus dueños.1ª. Semana. Hoy cumplí una semana de nacido...¡qué alegría haber llegado a este mundo!.1er. Mes. Mi mamá me cuida muy bien. Es una mamá ejemplar.2 Meses. Hoy me separaron de mi mamá. Ella estaba muy inquieta, y con sus ojos me dijo adiós, esperando que mi nueva familia humana me cuidara tan bien como ella.4 Meses. He crecido rápido; todo me llama la atención, hay varios niños en la casa que para mi son mis hermanitos. Somos muy inquietos, ellos me jalan la cola y yo los muerdo jugando.5 Meses. Hoy me regañaron. Mi ama se molestó porque me hice pipí adentro de la casa; pero nunca me han enseñado dónde debo hacerlo. Además duermo en la recámara ¡ya no me aguantaba!.8 Meses. Soy un perro feliz. Tengo el calor de un hogar; me siento tan seguro, tan protegido. Creo que mi familia humana me quiere y me consiente mucho. Cuando están comiendo me convidan. El patio es para mi sólito y me doy vuelo escarbando como mis antepasados los lobos, cuando esconden su comida. Nunca me educan ha de estar bien todo lo que hago.12 Meses. Hoy cumplí un año. Soy un perro adulto. Mis amos dicen que crecí mucho más de lo que ellos pensaban, que orgullosos se deben de sentir de mí.13 Meses. Que mal me sentí hoy. Mi hermanito me quitó la pelota. Yo nunca le agarro sus juguetes. Así que se la quité. Pero mis mandíbulas se han hecho muy fuertes, así que lo lastimé sin querer. Después del susto, me encadenaron, casi sin poderme mover, al rayo del sol. Dicen que van a tenerme en observación y que soy ingrato. No entiendo nada de lo que pasa.15 Meses. Ya nada es igual...vivo en la azotea. Me siento muy solo...mi familia ya no me quiere. A veces se les olvida que tengo hambre y sed. Cuando llueve no tengo un techo que me cobije.16 Meses. Hoy me bajaron de la azotea. De seguro mi familia me perdonó. Yo me puse tan contento, que daba saltos de gusto. Mi rabo parecía reguilete. Encima de eso, me van a llevar con ellos de paseo. Nos enfilamos hacia la carretera y de repente se pararon. Abrieron la puerta y yo me bajé feliz creyendo que haríamos nuestro día de campo. No comprendo por qué cerraron la puerta y se fueron.¡Oigan esperen!, ladre...se olvidan de mí. Corrí detrás del coche con todas mis fuerzas. Mi angustia crecía al darme cuenta que casi me desvanecía y ellos no se detenían: Me habían abandonado.17 Meses. He tratado en vano de buscar el camino de regreso a casa. Me siento y estoy perdido. En mi sendero hay gente de buen corazón que me ve con tristeza y me da algo de comer. Yo les agradezco con mi mirada y desde el fondo de mi alma. Yo quisiera que me adoptaran y sería leal como ninguno. Pero sólo dicen pobre perrito, se ha de haber perdido.18 Meses. El otro día pasé por una escuela y vi muchos niños y jovencitos con mis hermanitos. Me acerqué, y un grupo de ellos, riéndose, me lanzó una lluvia de piedras -a ver quién tenia mejor tino.- Una de esas piedras me lastimó un ojo y desde entonces ya no veo con él.19 Meses. Parece mentira, cuando estaba más bonito se compadecían más de mí. Ya estoy muy flaco; mi aspecto ha cambiado. Perdí mi ojo y la gente más bien me saca a escobazos cuando pretendo echarme en una pequeña sombra.20 Meses. Casi no puedo moverme. Hoy al tratar de cruzar una calle por donde pasan muchos coches, uno me arrolló. Según yo estaba en un lugar seguro llamado cuneta, pero nunca olvidaré la mirada de satisfacción del conductor, que hasta se ladeó con tal de centrarme. Ojalá me hubiera matado, pero sólo me dislocó la cadera. El dolor es terrible, mis patas traseras no me responden y con dificultades me arrastré hacia un poco de hierba a la ladera del camino.Tengo 10 días bajo el sol, la lluvia, el frío, sin comer. Ya no me puedo mover. El dolor es insoportable. Me siento muy mal; quedé en un lugar húmedo y parece que hasta mi pelo se está cayendo. Alguna gente pasa y ni me ve; otras dicen: No te acerques.Ya casi estoy inconsciente; pero alguna fuerza extraña me hizo abrir los ojos. La dulzura de su voz me hizo reaccionar. Pobre perrito, mira cómo te han dejado, decía...junto con ella venía un señor con bata blanca, empezó a tocarme y dijo: Lo siento señora, este perro ya no tiene remedio, es mejor que deje de sufrir. A la gentil dama se le salieron las lagrimas y asintió. Como pude, moví mi rabo y la miré agradeciéndole me ayudará a descansar. Sólo sentí el piquete de la inyección y me dormí para siempre pensando porqué tuvo qué nacer si nadie me quería.La solución no es echar el perro a la calle, sino educarlo. No convierta en problema una grata compañía.

LA COBIJA



"No os engañéis; Dios no puede ser burlado; pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará." Gálatas 6:7

Luis era ya un anciano cuando murió su esposa. Durante largos años había trabajado con ahínco para sacar adelante a su familia. Su mayor deseo era ver a su hijo convertido en un hombre de bien, respetado por los demás, ya que para lograrlo dedicó su vida y su escasa fortuna.

A los setenta años, Luis se encontraba sin fuerzas, sin esperanzas, solo lleno de recuerdos. Esperaba que su hijo, ahora gran profesional, le ofreciera su apoyo y comprensión, pero veía pasar los días sin que este apareciera, y decidió por primera vez en su vida pedirle un favor.

Tocó la puerta de la casa donde vivía el hijo con su familia.
-¡Hola papá, qué milagro que vienes por aquí!
-Ya sabes que no me gusta molestarte, pero me siento muy solo, además estoy cansado y viejo.
-Pues a nosotros nos da mucho gusto qua vengas a visitarnos, ya sabes que esta es tu casa.
-Gracias hijo, sabía qua podía contar contigo pero temía ser un estorbo. Entonces, ¿no te molestaría que me quedara a vivir con ustedes? ¡Me siento tan solo!
-¿Quedarte a vivir aquí? Si... claro. Pero no sé si estarías a gusto. Tú sabes, la casa es pequeña... mi esposa es muy especial... y luego los niños...
-Mira, hijo, Si te causo muchas molestias olvídalo. No te preocupes por mí, alguien me tenderá la mano.
-No padre, no es eso solo que… no se me ocurre donde podrías dormir. No puedo sacar a nadie de su cuarto, mis hijos no me lo perdonarían… o solo que no te moleste...
-¿Qué hijo?
-Dormir en el patio...
-Dormir en el patio… está bien.

EI hijo de Don Luis llamó a su hijo de doce años.
-Dime papá.
-Mira, hijo, tu abuelo se quedará a vivir con nosotros. Tráele una cobija para que se tape en la noche.
-Sí, con gusto... y ¿dónde va a dormir?
-En el patio, no quiere que nos incomodemos por su culpa.

EI niño subió por la cobija, tomó unas tijeras y la cortó en dos. En ese momento llegó su padre.
-¿Que haces Luis? ¿Por qué cortas la cobija de tu abuelo?
-Sabes papá estaba pensando...
-¿Pensando en qué?
-En guardar la mitad de la cobija para cuando tú seas ya viejo y vayas a vivir a mi casa.

¡Dios les bendiga!
Amén

miércoles, 23 de enero de 2008

UN REGALO ESPECIAL


Para un ser tan maravilloso y especial debe existir un regalo excepcional, un regalo que sin ser costoso sea de valor incalculable.


Que no tenga una envoltura demasiado vistosa o complicada pero que sea ante tus ojos algo digno de maravillarse.


Un regalo que puedas conservar aun al paso de todos los tiempos y del cual en tu memoria puedas recordarla fecha especial en que te fue otorgado.


Un regalo que en los momentos de tristeza le de un soplo de aliento a tu vida y tranquilo adelante puedas continuar.


Un regalo que en los momentos de alegría con el puedas disfrutar y compartir todas aquellas cosas que a tu alma den felicidad.


Un regalo que a tu alma de descanso cuando la carga pesada sientas ya y creas que levantarte no podrás.


Un regalo que a donde quiera que vayas a tu lado por siempre puedas llevar; que a las miradas indiscretas de la gente oculta por siempre pueda estar.


Un regalo que se adapte siemprea tus sentimientos y necesidades y te de el valor y el coraje para seguir siempre adelante.


Un regalo que en los momentos de infortunio te brinde de consuelo y esperanza.
Un regalo que sea camaleónico que siempre contigo puedas llevar tanto en los momentos de alegría como en los momentos de profunda tristeza.


Un regalo que te acompañe cuando estés tranquiloo cuando te incomode algún enfado.


Un regalo que esté a tu lado cuando te encuentres mas cansado te refugies y encuentres reposo, que vaya contigo a todas partes aun sin estar presente, que forme parte de tu alma y corazón.


Un regalo que soporte las inclemencias del tiempo, que sea de raíces tan fuertes que no exista poder en el mundo que por más intentos logren arrancar.


Mientras sigo en la incesante búsqueda de ese regalo excepcional para tipor el momento…
Solo te ofrezco este corazón, que aun siendo pequeño y frágil, lleva dentro un amor tan grande como el cielo que no hace otra cosa que amarte y agradecer a Dios por tu existencia.

Cristo Roto (Poema)


Sucedió hace poco. . .en una tarde lluviosa estaba haciendo reflexiones sobre el amor.
Sin quererlo mis ojos se posaron en la fotografía de mi gran amor.
Después en el crucifijo que tenía muy cerca de mí. . . roto!!!. Inevitablemente recordé aquel día cuando cegado por la ira, lo destrocé.
fueron tantas veces las que le pedí a aquel cristo que me mira, que aquella mujer fuera buena, que me amara como yo la amaba, que fuera mía para siempre y así se cumplieran mis ilusiones, pero un día. . . un amargo día, con la esperanza de volcar en ella todo mi amor, la sorprendí en brazos de mi mejor amigo. . .
Corrí desesperado, no sé como llegué a mi casa, comencé a gritar y a destrozarlo todo, y cuando llegue al cristo, lo tomé con furia, lo arroje al suelo, diciendo: “Tú tienes la culpa!!!, ¿cuántas veces te pedí que me permitieras conocer el verdadero amor???, mira me ahora con el alma rota!!”
No sé si fue un sueño, un milagro o no sé qué, el caso es de que aquel cristo moribundo y roto brotaron estas palabras. . .” Hijo mio, ahora más que nunca te amo, porque estás tan indefenso, tan débil, confundido. . . La prueba es grande pero mi amor por ti es más!. Morí en la cruz por aquellos que como tú son como la nube. . .Sigue mis pasos y entre más sufras, mayor será tu recompensa. ..”
Comencé a temblar, me arrodille, tomé al cristo roto en tre mis manos y lloré como niño. . .
Perdona me Dios mio, Perdona me!!!
Una luz intensa brilló, de desvanecí, al despertar me di cuenta que todo lo que había tirado estaba en su lugar, y en la pared aquel cristo roto que me miraba y sonreía con dulzura. .
Hoy ha pasado el tiempo, es verdad, cristo ha borrado de mi mente la amargura y el deseo de vengaza. .
He vuelto a creer en el amor, y cuando siento debilidad. . .
Mi cristo roto me consuela, lo contemplo y le digo. ..
Gracias. . Gracias Señor!!!

Tierra Mía



Hermosa y ancha tierra mía,
cálido refugio de la raza humana,
nunca sabremos valorarte, generosa tierra.
Ignorantes e inconscientes, te hacemos daño.
Tu fertilidad y tu belleza destruímos.
Ardientes soles te están quemando
y norteñas brisas resecan tu delicada piel.
Cada abril estás en ardiente espera,
cual ansiosa y núbil joven
sueñas con el fresco y amoroso beso de la lluvia.
Tu vegetación marchita y agobiada
extraña ya el vaho oloroso de la tierra mojada
que cada mayo embriaga mis sentidos.
Tibio olor a tierra mojada, que anhelante aspiro
y se adentra en mi alma.
¡Esperado milagro de abril y mayo,
húmedo ósculo de la lluvia
que la sedienta tierra jubilosa recibe
en las ardientes noches de insomnio,
como un milagro! Están olvidadas...
Amorosa tierra, novia fiel,
Jubilosa con el baño de la lluvia temblará.
Como un milagro eterno e imperecedero,
dentro de ti mil simientes germinarán.
Bajo el cálido abrazo del padre sol
el paisaje de tu faz cambiará.
Tu fértil vientre nuevas vidas dará.
Las maduras simientes que dentro de ti escondes,
¡como magia, llenas de energía se entreabrirán!
Largas raíces tus entrañas horadaran,
buscando sustancias nutritivas.
Ríos de savia por tus células vegetales viajarán.
Y ante los asombrados ojos del mundo
la vieja y sabia naturaleza,
como una bella sinfonía de colores, florecerá

¡Dios está aquí!




El Poder de Dios, su verdadera fuerza
en el milagro de la Naturaleza está.
Todo es así, ¡tan sencillo, tan bello y natural!
No necesitamos, a Dios, lejos ir a buscar.
Tampoco se precisa ir al templo a rezar.
¡Dios está aquí! En el hogar, en el huerto y en el jardín.
En los valles soleados y en las abruptas montañas.
En el rumor del mar y en las olas gigantescas.
En los lagos, ríos y frescas quebradas.
En las flores, los árboles y los frutos de la tierra.
Podemos escuchar su voz en la suave brisa y en el viento.
¡Dios está aquí!, en todo lo que vemos y nos rodea.
Levantemos los ojos y miremos alrededor.
Abiertos los ojos del alma, a la Naturaleza,
en el momento preciso, tú comprenderás la Verdad.
En cada hoja verde y tierna,
en cada planta que nace, un milagro hay.
En cada botón que se entreabre en el jardín,
en la lozanía y la turgencia de cada pétalo,
en los colores y en el aroma de las flores,
en la fragancia de las frutas dulces en sazón,
¡en todo lo hermoso que nos rodea, un milagro hay!
¡Dios está aquí!, en todo.
En el cielo diáfano, en la lluvia y en el Sol,
en los frondosos árboles, en el llano y en la selva,
en cada bestia y cada pájaro que vive, Dios está.
Escondido está, en el profundo secreto de la Vida,
en el maravilloso despertar de la Naturaleza
que cada año se renueva, por causas desconocidas.
Guiada por leyes infalibles y perfectas
cada año se renueva la naturaleza,
al sentir el fresco beso de la lluvia
y ante el tibio abrazo del sol.
El Milagro de la Vida irrumpe y la simiente germina,
y los campos se visten de brillante verdor.
La sabia Ley de la conservación de las especies, se impone.
Los seres vivos responden al empuje del instinto
con requiebros, cánticos o danzas de amor.
Multiplícanse y crecen las especies.
Es el eterno renovarse de la Vida.
Es el eterno renovarse de la Madre Naturaleza,
que silenciosa y sabia mantiene el equilibrio ecológico.
Nadie sabe cómo o por qué.
De repente todo cambia y se inicia
la gran actividad del mundo vivo.
El Poder de Dios está en cada acto de la Naturaleza.
Está allí cuando la célula vegetal despierta
y la rica savia irrumpe y aparecen las yemas vegetales.
¡Es el milagro de la Vida!
De pronto todo lo vivo se integra
a la gran Sinfonía de la Vida.
¡Dios está aquí en todo lo que nos rodea!
Miremos alrededor, en la alegría de la Vida, Dios está