miércoles, 23 de enero de 2008

Tierra Mía



Hermosa y ancha tierra mía,
cálido refugio de la raza humana,
nunca sabremos valorarte, generosa tierra.
Ignorantes e inconscientes, te hacemos daño.
Tu fertilidad y tu belleza destruímos.
Ardientes soles te están quemando
y norteñas brisas resecan tu delicada piel.
Cada abril estás en ardiente espera,
cual ansiosa y núbil joven
sueñas con el fresco y amoroso beso de la lluvia.
Tu vegetación marchita y agobiada
extraña ya el vaho oloroso de la tierra mojada
que cada mayo embriaga mis sentidos.
Tibio olor a tierra mojada, que anhelante aspiro
y se adentra en mi alma.
¡Esperado milagro de abril y mayo,
húmedo ósculo de la lluvia
que la sedienta tierra jubilosa recibe
en las ardientes noches de insomnio,
como un milagro! Están olvidadas...
Amorosa tierra, novia fiel,
Jubilosa con el baño de la lluvia temblará.
Como un milagro eterno e imperecedero,
dentro de ti mil simientes germinarán.
Bajo el cálido abrazo del padre sol
el paisaje de tu faz cambiará.
Tu fértil vientre nuevas vidas dará.
Las maduras simientes que dentro de ti escondes,
¡como magia, llenas de energía se entreabrirán!
Largas raíces tus entrañas horadaran,
buscando sustancias nutritivas.
Ríos de savia por tus células vegetales viajarán.
Y ante los asombrados ojos del mundo
la vieja y sabia naturaleza,
como una bella sinfonía de colores, florecerá

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